Con un mercado todavía moderado, las marcas de lujo comienzan a aparecer en el país, presentándose de manera accesible, tanto para darse a conocer como para estar al alcance de todo tipo de presupuestos.
Aunque de momento, la mayoría de ellas se encuentran ubicadas en Panamá, tal como sucede con el Soho Mall, las empresas que se dedican a la creación de objetos de lujo, propagando su presencia de marca a líneas de perfumería o de ropa más casual con la rentabilidad como meta y con crecimiento de hasta 70% de sus ganancias en relación con los costos de producción.
Una particularidad que distingue a las marcas de lujo más reconocidas es que, resultan precursoras al desarrollar sus diseños, poniéndolos de moda, de tal manera que la competencia termina copiando sus diseños y los consumidores exigentes, siempre van a preferir los modelos originales a las imitaciones baratas.
La personalización, impresión, exposición, son métodos que ordenan la cultura moderna del lujo, de manera que lo que se muestra cuando adquiere artículos de lujo, es más que todo, su estatus. Ilustrando la capacidad adquisitiva de los propietarios, fijando a los individuos dentro de selectos grupos de compra.
Lujo en Costa Rica
La compra implica participación en el logo, el derecho a usarlo, aunque pase de manera inadvertida por ser conocido por pocos o como un simple monograma que todos reconocen al instante.
Conocedores a nivel mundial, concuerdan en algo: la calidad es superior en las marcas más lujosas, lo cual se evidencia en los acabados, materiales y controles de calidad.
Usar artículos de lujo, le permite expresarse como un ser único y dotado de gustos exclusivos que promocionan los servicios de una imagen personal que determine a las personas creándoles una experiencia personal que identifique a su propietario con una imagen perdurable para su entorno.