Ya cuenta con un buen vino, ahora mímese degustando algunos de los quesos más caros del mundo, ideados para conocedores y amantes de la comida gourmet.
Elaborado con leche de una raza de burros que procede de los Balcanes, el Pule, es en este momento el queso más caro del mundo. Proveniente de Serbia, en la reserva natural de Zasavica, su materia prima proviene de una rara y especial raza de la cual solamente se encuentran unos 100 animales. Al producir tan poca cantidad de leche, el precio del litro cuesta unos $50, de ahí que si para producir un kilogramo de queso, se necesitan 25 litros¸ el precio se eleva a $1250.
Venerado por los gastrónomos más exigentes, este queso contiene alta cantidad de proteínas y vitaminas y un nivel de grasa muy bajo, llegando a alcanzar 60 veces más vitamina C que la leche de vaca.
Que su paladar disfrute con los quesos más finos
Rondando los $800 por kilo, el queso de alce, de producción sueca y utilizando tres razas de alces de granja, Christer y Ulla Johansson, lo elaboran en su granja de 59 hectáreas. Su precio se eleva debido a limitaciones geográficas y a que el ordeño de estos animales de 2 metros, solamente se realiza entre los meses de mayo y setiembre, siendo que cada hembra debe ser ordeñada dos horas seguidas. Para probarlo, deberá trasladarse hasta la granja en la región septentrional de Norrland, en donde más de 25.000 turistas al año, acuden a su restaurante, asegurando que por su acidez se parece al Feta y se sirve ya sea como aperitivo o como postre.
El Long Clawson’s Stilton Gold proviene de Inglaterra y el cual, se elabora especialmente durante la época navideña en Leicestershire, en la Long Clawson Creamery. En Reino Unido se le conoce como el “rey de los quesos” y se encuentra protegido con la denominación de origen de la Comisión Europea. Tiene una costra dura y sin grietas que se desmenuza cuando el queso es joven y se suaviza con la maduración. Su sabor recuerda las nueces dulces y frutas, en su versión navideña, este calórico queso azul cuesta unos $700 por kilo y contiene chispas de oro comestible tanto en la corteza como en su interior.