Copiados sin tregua, los lentes de Baush & Lomb, fueron seleccionados desde los años 30 para producir dispositivos de protección visual para los pilotos que se exponían a condiciones difíciles propiciadas por el sol y sus efectos, siendo que los que se usaban en ese tiempo resultaban pesados y sumamente incómodos, por lo tanto eran poco eficientes.
Nació así el estilo Aviator, el cual con una marco metálica de color dorado, lentes verdes del 75% de oscuridad, puente de dos barras, patillas en espátula y la marca “Ray-Ban” en la esquina superior derecha del lente derecho, lo cual marcó la diferencia respecto a los que existían en ese tiempo y les dio la fama y popularidad de la que gozan entre el público de todas las edades.
Todos sus modelos se caracterizan por ofrecer lentes de sol con protección UV y algunas tienen sus lentes polarizados.
Los lentes Ray-Ban nunca pasan de moda
El estilo Wayfarer por ejemplo, es fabricado en Italia y todos poseen los lentes de vidrio, concentrándose en la calidad a largo plazo de manera que sus materiales no se desgasten o cambien de forma con el uso. Cortados con láser garantizando que sean livianos y cómodos para los consumidores, los marcos se hacen de acetato que incrementa su precio debido al grado de dificultad que ello implica, en donde no solamente se paga por una marca, sino que también se paga por la artesanía y habilidad técnica.
La razón por la que muchos consumidores gastan mucho dinero en esta marca y tipo de lentes, se basa en que son un producto nacido del ego, en donde todo se trata sobre mí y lo que ves en mi rostro, ya que nadie está observando sus calcetines o cinturón, sino su cara, la ventana que ofrece a los demás.